Jairo Guerra (COLOMBIA)
JAIRO GUERRA
Poeta, ensayista, dramaturgo y
novelista bogotano.
Químico, especialista en
pedagogía y docencia universitaria, Magister en Enseñanza de las Ciencias
exactas, Maestro en Artes Escénicas. Integrante del Consejo nacional de cultura
Ministerio de Cultura de Colombia (1991-1998); coordinador cultural de las
Organizaciones indígenas de Colombia. (1988-1991), Coordinador del programa
Concierto de Poetas en Bogotá-Colombia (2016-2020),
Gestor literario y
cultural, funda y dirige las revistas de teatro Materi Leri Lero, de lírica y narrativa Tropel, de ensayo y crónicas de la Amazonia Yagé, de cultura y literatura
Metáfora.
A lo largo de su carrera
ha participado en varios encuentros, recitales y festivales internacionales de
poesía: el Primer y segundo Encuentro Internacional
de Poesía, 2014 y 2016, Fundación Hicha Yagua de la ciudad de Facatativá -
Colombia.; el Festival Internacional
de poesía de la República de Venezuela 2016, El Encuentro Mundial de Arte y
pedagogía en Belén de Pará-Brasil 2010, Ferias Internacionales del Libro en
Bogotá-Colombia 2015,2016,2017,2018. Encuentros Mundial de Teatro Infantil y
Juvenil Santiago de Chile 2006, 2008. Encuentro de poetas “Ciudad de
Fusagasugá” Colombia 2017, 2018, 2019, Cruzadas
poéticas y culturales-Cuba 2015,2015.
Bibliografía lírica: Ritos de Amor y Muerte, Editorial Materi Leri
Lero, Bogotá, Colombia, 1991; Paradojas
del Retorno, Editorial Circulo poético y Literario, Villa de Leyva-Boyacá, Colombia,
2002; Meandros y Fractales, Ediciones Metáfora,
Bogotá, Colombia, 2014; Rapsodia del
Camino, Editorial Metáfora, Bogotá, Colombia, 2018; Narrativa: De Mil Amores (Novela), Ediciones
Metáfora, Bogotá-Colombia 2017, Venga le
Cuento, Ediciones Metáfora, Bogotá-Colombia 2014.
Creador del
modelo pedagógico LA ESCUELA INVESTIGATIVA publicado y adoptado por varios
países a partir de 2012.
POEMAS DE JAIRO GUERRA
1. Orgasmo
2. Testamento
3. Distracciones
TESTAMENTO
Ahí te dejo la tarde
calma y soleada,
colmada de retazos
verdes a la intemperie.
Herencia de luces y
rocío,
testamento de los
dioses.
Me refugio en tu mirada
oculta,
escondite de penumbras y
nada.
Te dejo la mesa servida,
la sopa hirviendo,
el café sentado.
Te dejo recuerdos
envueltos
en hojas de tiempo,
memoria de ancestros,
algunas leyendas,
el ritual cotidiano
y otros pormenores
heredados a los hijos.
Guárdame las lunas,
las más enteras.
Sigue contando estrellas
y en el mar las arenas.
Te ofrendo la humedad,
el frío, los sudores,
el cigarrillo humeando
desde el cenicero.
Te encargo del celoso
cuidado de los pétalos,
de las mariposas y las
filas de hormigas.
Cuídame los alces alados
y rinocerontes con pico.
Te recomiendo todos los
vuelos,
todos los gritos,
todos los pálpitos.
Ahí te dejo todos los
tiempos,
el futuro hasta el
final,
hasta el retorno.
Mis canas dispersas
sobre la almohada,
las sábanas colgadas en
el patio,
colillas y cenizas
regadas en el piso.
Junto a las botellas
te dejo el mar y algunas
ballenas,
la casa en escombros,
el costurero de la
abuela
con la llave en la
alacena.
Del último cajón del
armario,
debajo de todos los
calcetines sucios
recoge los escudos,
las patrias
y todas las banderas.
Con mi cadáver quémalo
todo,
ventila las cenizas con
la borrasca,
con las tormentas del
desierto,
mézclalas con ciclones y
huracanes.
Después,
cuando no recuerdes tu
destino,
recuéstate hasta el otro
amanecer.
DISTRACCIONES
Fugaces los
cuchillos afilados en sus óxidos
Hieren la
penumbra,
Rompen la brisa,
lacerando carnes.
Villanos y
bandoleros bajo la oscura sonrisa de plata,
Secuestres del
tiempo en todos los instantes.
El humo y la
niebla son escondites,
El miedo también
se esconde.
Más que la
guerra la crueldad es pasión.
Alaridos de
entrañable dolor.
Heridas se
arrastran por cuadras, laderas y trochas.
El inocente
repta sobre el andén, se hunde en el fango,
La ciudad entera
gime entre todas las ciudades,
La montaña grita
volcánica
Todas las
ciudades gimen entre los ecos del ladrillo.
La galaxia
castiga al planeta,
El planeta de la
vida gime en su galaxia.
La draga lanza
el puño corto punzante hacía los ríos
Asesina de
paisajes inocentes,
Depredadora de
yacimientos y bolsillos.
Huye villano,
huye el bandolero,
A conquistar el
miedo de otras muecas.
Los campos
siguen aterrados.
Arando el
desierto silenciado,
Trémulo y
absorto ha quedado
El mismo mundo.
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