Milagros de la Cruz Salas Lara (MÉXICO)
*Milagros de la Cruz Salas Lara (León,
Guanajuato México. 1988). Escritora y Poeta. Lic. En Comercio Internacional por
la Universidad de Guanajuato. Administradora de la revista “Ecos Literarios”.
Integrante de la Red Estatal de Tertulias Literarias Guanajuato y coordinadora
municipal, Capítulo León. Entre las participaciones literarias publicadas al
momento se encuentran: Publicaciones mensuales en revista Ecos Literarios, “Primera
Antología de la Red Estatal de la Red Estatal de Tertulias Literarias
Guanajuato: Letras Interiores 2019”, “Quinto Encuentro de Poetas del Cupatitzio
2019”, “El aburrimiento es un suicidio encubierto, 2014”, “Juego de palabras y
a palabras juego, 2013”.
I N F O R T U N I O
Piedras
desventuradas
carcomen
mi piel,
mis
ojos, las manos.
Interminable
tiempo oscuro
que
torció mi destino.
Piedras
voraces
que
creí buenas,
refugié
en ellas
mi
llanto y mi delirio,
la
esperanza raída
de
profunda opresión.
Vuelven
los desvaríos,
sombras
insomnes, dolientes
ruinas
de mi alma en sequía.
¿Quién
ingrato no llevó éstas piedras?
Piedras
que pesan,
que
atan y hunden.
Todos
llevamos piedras.
Ásperas,
frívolas, silenciosas.
Se esconden
ahí: amorfas,
rotas,
cansadas, quietas,
desquiciadas
por el infortunio
como
tú, como yo.
POR LAS RAZONES QUE TU QUIERAS
Por las razones que tú
quieras
-y deveras que te
escucho-
Permanezco:
callada, cuando mi
palabra ausente
explota en el eco de tu
criterio.
Abatida por desdenes
de tus labios
caprichosos.
Consolada en la espera
de una promesa
incierta,
una caricia furtiva.
El beso lejano
y la sonrisa blanda.
Alimento mi ego
con un vago recuerdo.
¡Qué bello me miras
cuando a tu lado
amanezco
y beso la tibieza
de tus parpados tan
míos!
¡Qué horas, qué nubes!
¡Qué pájaros más
tiernos!
Y cuánta grandeza
al hundirme
en esos brazos ajenos.
¡Qué importaban las
ansias
de no tenerte en
invierno,
si desbordamos, oh,
cariño,
un amor verdadero!
Así que dame
las razones que quieras
-y te escucho-
Pero aquí permanezco.
Inocente o maliciosa,
pervertida o en calma,
acurrucada de ilusiones
al borde de la cama.
Permanezco, porque
llegas,
porque llegas vida mía
-al sentir que
desfallezco-
a llenarme entera, EL
ALMA.
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