Marta Miranda (Argentina)
Nació en Mendoza,
Argentina. Es poeta, escritora, Magister en Escritura Creativa y gestora
cultural. Libros de poemas publicados: Mea
Culpa (1991), El Oleaje (1998), La misma piedra (2004), Nadadora (1° ed. 2008, 2º ed. 2018), El Oleaje y otros poemas, antología bilingüe
(2013), Antología (Cuadernos
Amerhispanos, México, 2013), El lado
oscuro del mundo (2015). Participa de las antologías Poetas Argentinas 1961-1980; Animales
Distintos: muestra de poesía de Argentina, España y México - Autores Nacidos entre 1960 y 1969, México DF;
La poésie au coeurs des arts, Éditions Bruno Doucey, Francia, entre otras. Traducida
parcialmente al francés, catalán, portugués, inglés, croata e italiano. Dirige
junto al escritor Ricardo Rojas Ayrala la Asociación Cultural VaPoesía
Argentina desde donde organizan el Festival Internacional VaPoesía Argentina – literatura e inclusión.
Desde el año 1986 reside en Buenos Aires.
de El lado oscuro del mundo, Bajo la luna 2015
NO RECUERDO LA SONRISA DE MI PADRE
Aunque la enfermedad lo
devoraba
siempre ponderé
la belleza de mi padre:
sus grandes ojos
sus manos alargadas
el aire irónico con que
miraba el mundo
Desde su silla de ruedas
si alguien cometía una
torpeza,
cosa frecuente dado el
lugar
las circunstancias,
si me miraba en esas
circunstancias
sonreía calladamente
yo tomaba ese gesto como
una señal de bienvenida,
de ser parte de su mundo
Sin embargo
no recuerdo su sonrisa,
digo,
lo material
de su sonrisa
¿Sus dientes eran
amarillos
o parejos?
En el recuerdo
la sensación es de
felicidad
pero la imagen congelada
al mirarme
es la sonrisa que
ofrecemos al perro abandonado
que al cruzarnos en la
calle nos sigue
mueve la cola, no nos
muerde
Creo que es suficiente
con saber que mi padre
sonreía
más allá del recuerdo
para poder creer en la
regla de bondad
de todas las sonrisas
de todos los perros
de todos los padres de este mundo
POSTAL
Quizá sea el momento
de tener una casa, un hogar
un perro que nos lama
Estampita
del álbum familiar
lejos del centro
tuvimos una casa
postal imperfecta
faltó siempre
el animal doméstico
dos poemas
inéditos
EN EL
REFUGIO
Sentadas una junto a la otra, descalzas
todavía mojadas por la lluvia
miran el trajinar de hombres y mujeres
buscando un rostro en donde anclar
Todo es nuevo
la ropa que se han puesto, las mantas
las tazas en las que ahora toman el café
objetos
que aferran temblorosas
como si hubiesen perdido la costumbre
de tener entre las manos
algo que les pertenezca
Una peineta en forma de mariposa
guardada con esmero en el fondo del morral
es toda la certeza
de que hubo alguna vez
un fogón, una mañana
Por fuera de la casa
la vida siempre será prestada
cargados en la espalda
sólo los fantasmas viajan
de una población
a otra
ROSAS
En el cuarto doblo la ropa con cuidado
bajo a la cocina
ajusto la temperatura del horno
y salgo al
jardín para atender las rosas
Desde la sala, a través de la ventana abierta estás mirándome
me dedicás una
sonrisa
que parece dibujada por Dios
Ya casi es primavera, digo
y aunque recién empiece agosto
asentís
porque ni vos ni yo contradecimos
la farsa de los días
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