Verónica Aranda (España)
Verónica Aranda (Madrid, 1982). Es Máster en Filología Hispánica, poeta, gestora cultural y traductora. Ha recibido los premios de poesía Antonio Carvajal de Poesía Joven, Arte Joven de la Comunidad de Madrid, Antonio Oliver Belmás, Miguel Hernández, Ciudad de Salamanca, Luis Feria y el Accésit del Adonáis, entre otros. Ha publicado los poemarios: Poeta en India (Melibea, 2005), Tatuaje (Hiperión, 2005), Alfama (Centro de poesía José Hierro, 2009), Postal de olvido (El Gaviero, 2010), Cortes de luz (Rialp, 2010), Senda de sauces. 99 haikus (Amargord, 2011), Lluvias Continuas. Ciento un haikus (Polibea, 2014), Café Hafa (El sastre de Apollinaire, 2015), La mirada de Ulises, (Corazón de Mango, Colombia, 2015), Épica de raíles (Devenir, 2016), Dibujar una isla (Reino de Cordelia, 2017), Sin rumbo fijo (Universidad de La Laguna, 2019), el poemario infantil Islas Galápagos (Aguadulce, Puerto Rico, 2019) y las antologías poéticas Inside the Shell of the tortoise (Nirala, India, 2016) y Mapas (2000-2015), Ediciones Matanzas, Cuba, 2018. Ha traducido a los poetas Yuyutsu RD Sharma, António Ramos Rosa, Maria do Rosário Pedreira, Clarissa Macedo, Firas Sulaiman, Michel Thion y Flaminia Cruciani. Ha participado en recitales, ferias del libro y festivales de poesía tanto en España como en Marruecos, Túnez, Portugal, Francia, Polonia, Estados Unidos, Cuba, Puerto Rico, Colombia, República Dominicana, Uruguay, Argentina, Ecuador, Venezuela e India. En la actualidad dirige una colección de poesía latinoamericana actual (“Toda la noche se oyeron”) en la editorial Polibea de Madrid y prepara su tesis doctoral sobre la representación de la mujer en la copla y en el fado, en la Universidad Autónoma de Madrid. Colabora como crítica literaria en la revista Paraíso y mantiene el blog: Poesía nómada http://veronicaaranda.blogspot.com
SELECCIÓN DE POEMAS:
Trópico
La piel, su negación
en los poros del sueño.
Un cafetal que pasa entre el insomnio
y la euforia que ordenan los dialectos.
Entre el ardor y el sílice,
el tiempo dilatado de la caricia turbia.
Entras en los mercados
como quien se sumerge en un maizal.
Santorini
¿Dónde empieza la
piel
y dónde acaba el
agua?
Acaso la
existencia
es esta forma
lenta
de
bajar los peldaños
y divisar
volcanes;
la multiplicidad
del amarillo.
Te acercas
y el furor es una
herida
que sangra en el
azufre.
La mendiga del templo
Palpa despacio los
fragmentos
de
una vasija rota.
Entre la lluvia y
el anonimato,
elige
cada día un escalón del templo.
Marcar el territorio
con
almendras amargas
le
hace más vulnerable.
© Verónica
Aranda
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por participar