Mirsa Maricela Mólgora Razo (MÉXICO)
Mirsa Maricela Mólgora Razo
Nace el 10 de octubre de 1973. Radica en Salamanca, Guanajuato, México.
Escribe poesía desde los dieciséis años. En 1996 Colaboró con dos cuentistas para la edición de la antología de cuento y poesía denominada: Opus utópica. En 1997 Editó con apoyo de Casa de la Cultura del municipio de Salamanca la antología de poesía denominada Colapso de estaciones. Actualmente es miembro de la Red de Tertulias del Estado de Guanajuato, y del Colectivo “Mitote por el arte” capítulo Salamanca. Desde 2019 incursiona en la escritura de cuentos cortos.
AMAR
AL POETA
Es
bueno encontrar
con quien hacer camino,
con quien batir las alas
en conjuro de magia y poesía.
Tú sientes mi propio ser:
mi luna de ayer, mi agua de hoy,
yo siento tu despertar:
tu
brillo de mañana,
tus
serendipias de sol.
Se escandalizan mis ojos,
y prestas los tuyos para mirar,
con la fe del buen destino,
del ave que descubre su vuelo
del humano que ama estar vivo.
Juntos depositamos rimas
en las
rocas del muerto río,
¡cómo no amar las almas
que embellecen los designios ¡
descalzos de piel,
con sangre de olivo,
unísona voz,
unísono latido.
EL CAMINO
Caminemos,
si se puede,
sobre la recta trazada;
si no, sobre el trayecto
sinuoso
o en la bifurcación que
intenta confundirnos.
Caminemos
sobre el sendero que
existe,
o sobre el imaginado;
caminemos con pies
descalzos o alados,
con o sin destino, guiados
solo por la voz del cielo…
Caminemos,
a lado de quien llega
sonriendo o sollozando,
de quien arremete para
llenarnos,
robarnos, acompañarnos o
cantarnos.
Caminemos
a lado de quienes no
sabemos nada,
solo su mirada, su segura
muerte que nos humana,
y los milagros que nos
permiten seguir vivos
Caminemos y casi al final,
seamos los transeúntes, los
perdidos,
y esos desconocidos
que alguna vez nos
alcanzaron,
los que suavemente se
alejaron
y los que vehemente están
presentes,
porque con valentía
resistieron los embates
de la escasa justicia del
camino.
Seamos los que acariciaron
la belleza
del sol por las mañanas,
mientras veredeábamos
juntos el destino.
Caminemos y al final,
seamos el perfume exquisito
de todos
porque todos, somos el
camino.
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