Omar del Valle (CHILE)
Omar
del Valle (Talcahuano, Chile, 1969). Trabajador
Social, Poeta y Gestor Cultural. Entre los años 1987 a 1989 reside en
Argentina.
Entre los años 1990 y 1991, en el contexto del
retorno a la Democracia en Chile, forma e integra el Centro de Escritores
“Entropía Nocturna de Talcahuano” y Publica en las Antologías “Ojos de Luna” y
“Alto Horno”, Ediciones Letra Nueva, Concepción.
En 1991 publica “Naufragios” y “Noche Adentro”,
Ediciones Letra Nueva, Concepción.
En 1999 Publica “Hacia Allá Hacia el Origen”,
Ediciones Domingo Gómez Rojas del Taller de Análisis Sindical y Social de
Concepción.
Desde el año 1987, es integrante y colaborador del
Taller Literario “Mano de Obra” del “Taller de Análisis Sindical y Social” de la
ciudad de Concepción.
En el año 2005 junto al artista plástico y director
del Colectivo Mapocho, Senaquerib Astudillo, ejecutan el Proyecto:
“Antecedentes acerca de lo que dejó la Ola, imágenes después del Tsunami”
investigación etnográfica que posibilitó entrevistar a más de 50 personas que
practican oficios y ejercen trabajos, muchos de los cuales han
desaparecido producto del impacto de las nuevas formas de producción industrial
en el contexto del sistema económico y sociopolítico neoliberal.
Entre los años 2007 a 2009, Produce y Coordina los
Encuentros Nacionales de Escritores “Orillando el Bío Bío desde la Comuna de
Hualpén”.
En el año 2012 en Santiago, crea junto a otros
escritores el colectivo “Mal de Ojo” surgido en las reuniones y encuentros del
Colectivo Mapocho, publicando algunos de sus textos en la Antología “Márgenes”
de Ediciones Ajiaco.
Junto a Sandra Marisol Mendoza, produce entre los
años 2012 y 2013, el ciclo de Encuentros “de Huérfanos con Esperanza”, que
posibilitó reunir en torno a la conversación, el debate y la crítica cultural,
a connotados intelectuales, escritores, músicos y artistas de Chile.
Ha participado en diversos proyectos de
Investigación Social, producto de lo cual hoy forma parte de la Corporación
“Nueva Acción Comunitaria” y de la “Red de Cultura Viva
Comunitaria–Chile”, promoviendo junto a profesionales de diversas áreas, la
defensa de los derechos humanos, el rescate de la memoria histórica, el diálogo
intercultural y la inclusión y participación de las personas en los procesos de
creación y gestión social y cultural.
El año 2019 es invitado al Festival de Poesía de
Cali, Colombia.
En Junio del año 2020 ediciones “Al Aire Libro” de
Tomé, Chile, edita su libro “Del Desvelo”
SUMERSIONES
A SABIENDAS De encontrármela
algún día
frente a frente, he de
permanecer en mi impasible viaje
tras la búsqueda
de Ella.
Subido en mi desnudo tronco,
arrojado a mi instinto e
intento de
pese a la bruma abrazar la
eternidad.
Y habré de navegar tardes
sin fin
con la sola brújula de mi
ensoñación.
Y he de andar, vuelto atrás
del impuesto
apremio de mis obsesiones,
con mi remota escena y mi
perpetuo estigma,
sin Nausica, ni Helena,
ni Laura ni Beatriz.
Y habré de deambular entre
muchos
ahogados, ido a vararme
hasta golpear los
ventisqueros
con el alma a punto de
desfallecer.
Náufrago extraviado me veré
expelido a estas remotas aguas
sin fondo ni orillas,
y sin barquero ni barca
disponible
para poder seguir.
Honduras humanas en las que
seré
solamente un cuerpo en
constante introspección.
Detrás del horizonte
ansiado,
un tembloroso y amoratado
cuerpo,
desnudo haciendo señas,
el que por intermedio de
este mar de signos
descritos con nostalgia, aún
pese al vacío,
pueda asir su aliento
ante las gravitaciones de
los astros
rasgándose la piel.
Ante la carne amada como un
sol.
Irradiando mundo, allende
las estrellas idas,
siendo mi aire vagaroso
durante el acto
intenso el mismísimo corazón
de un brasero ignívomo.
Un convulso fuego
Dándonos
su aliento.
Poema del libro
“Sumersiones”, Ediciones Dessidia, 2003, Concepción, Chile.
EL DESBORDE
LO
CIERTO
es que fuimos
aventados al camino
en pleno Temporal.
Lluvias
como si todo el
caos primigenio
se hubiese
desatado
y todos buscasen
guarecerse
de lo
inguarecible.
Aguas que no
cesaban de caer
nos recibieron.
Era como si el
mismísimo
lagrimal de Dios
no cesase
ni un segundo en
su diluviar.
Veníamos de
permanecer
los nueve meses
abisales
en el vasto
océano materno,
y nuestros
hacedores
anduvieron, a la
hora del vagido,
entre eufóricos,
perdidos y desorientados
bajo tal
universo al límite,
del anegamiento.
Nuestras madres
fueron las
primeras en enamorarse
a primera vista
de nosotros,
mientras, hacia
los abismos nos hicimos,
con la fugacidad
de aquellos niños raros
alumbrados con
vejez prematura.
De aquí entonces
que tenga
raíz imposible
de arrancar
tanto extravío.
De aquí
entonces, que
debamos apelar a
diario
a la actitud de
emocionarnos
ante todo el
aullido de amor
que entreveamos,
cuando
un destello
imposible de cargar
se arraigue en
nuestra fosa abrupta.
De aquí entonces
que,
con la
impaciencia del que
intensamente
arde y revierte su mutilación,
estemos llamados
a invertir horas valiosas en
desmadejar los
enigmas
y permanecer
asidos a los puentes
que nuestras
islas unen.
De aquí entonces
que, en las noches
plagadas de
humedad e invierno,
nos miremos las
culpas en el rostro
como tiene que
ser.
Y nos alcemos,
transfigurados
con todo el azote
de la herida en
la piel
como tiene que
ser.
Y nos
desmoronemos ante
los pedazos de
la edificación que
Un día fue…
Y nos quedemos
idos y perplejos,
gélidos y humanos
ante las fisuras
en el alma,
Contemplando
El
Des
bor
de.
Poema del libro
“Sumersiones”, Ediciones Dessidia, 2003, Concepción, Chile.
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